
La espuma es muy fácil de producir: es cuestión de hacer pasar un chorro de agua a presión por un eductor, que no es más que un Venturi pero a lo bestia, que por succión adiciona un agente espumógeno.
Solución argentina: como el agente espumógeno es muy caro, se lo reemplaza por detergente, modificando el diámetro del orificio de suministro.
No no no, larguen el Cierto o el Magistral de la cocina, no es ese!

Se utiliza detergente base (al 35%), que es el insumo con el que se elaboran esos productos domésticos, y se le adiciona un aglutinante para que la burbuja no se rompa facilmente: cuestión de tensión superficial.-