Desde ya que como es costumbre en estas ocasiones especiales se ha designado una guardia mínima de emergencia, pero según me han dicho el nominado ya ha sido visto pasar por las inmediaciones con unas cuantas botellas de fernet bajo el brazo, por lo tanto es posible que su presencia sea puramente figurativa.
Como sea, aprovecho la ocasión para saludar a todos los trabajadores en su día.
Que lo pasen muy bien, disfruten de su bien ganado descanso y celebren con moderación. Que no es cuestión de quedar regalados para el lunes

De paso cumplo en advertirles que si encuentran por ahí a algún ikero medio extraviado, no se sorprendan: es normal; no van a entender de que se trata, pobres. Puede ser un día aciago para ellos.
Lo que se recomienda en estos casos es no aprovecharse de su endeble situación. En todo caso, si los ven mal, dejenles agua cerca. Pero cuidado, porque a veces en situaciones así desconocen y no se sabe como pueden reaccionar; no se acerquen demasiado.
Por nada del mundo se les ocurra ofrecerles comida; piensen que así empezaron su carrera de ñoquis, asique no se los van a sacar más de encima.
Como mucho, si la conciencia se les pone cargosa, acerquenlos (siempre a distancia, ojo) arreandolos con un palito, por ejemplo, hasta la entrada de cualquier oficina pública. De cualquier repartición, da lo mismo.
No importa que esté cerrada. Al otro día el ordenanza los va a reconocer y sabrá que hacer con ellos.
Y estando ahí, donde hay olores conocidos para ellos, se van a tranquilizar enseguida.-