Como soy una persona bastante normal a pesar de algunas habladurías, no andaba con la cámara encima como para sacar algunas fotos, pero les aseguro que ver pasar a diez centímetros de mi cara las ruedotas de esos camiones (por suerte los escapes van hacia arriba) es una sensación que frunce. Sobre todo de noche y en una calle solitaria a esa hora.
Esta mañana tempranito vi que en las cercanías de casa están acovachados algunos equipos: el de Mitsubishi está acá nomás, a dos cuadras (lástima que les han puesto guardia policial).
Si se portan bien y no me hacen renegar después voy y les saco algunas fotos bien de cerca para ustedes.
Y desde ya que si me puedo robar algo no voy a dudar un instante en hacerlo
